COMUNICANDO LA FE
Nº 2. Febrero de 2017
PASTORAL FACULTAD DE HUMANIDADES Y CC. DE LA COMUNICACIÓN
En este segundo número mostramos el resumen del Mensaje del Papa para la 51 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (24 enero) Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos. “No temas que yo estoy contigo” (Is 43,5)
Gracias al desarrollo tecnológico,
el acceso a los medios de comunicación es tal que muchísimos individuos tienen
la posibilidad de compartir inmediatamente noticias y de difundirlas de manera
capilar. […] Me gustaría con este mensaje llegar y animar a todos los que,
tanto en el ámbito profesional como en el de las relaciones personales,
«muelen» cada día mucha información para ofrecer un pan tierno y bueno a todos
los que se alimentan de los frutos de su comunicación. Quisiera exhortar a
todos a una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los
demás, fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con
auténtica confianza. […] Por lo tanto, quisiera contribuir a la búsqueda de un
estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal,
sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud
activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia.
Invito a todos a ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo
narraciones marcadas por la lógica de la «buena noticia»
La buena noticia: […] La realidad, en sí misma, no tiene un significado unívoco. Todo depende de la mirada con la cual es percibida, del «cristal» con el que decidimos mirarla: […] Para los cristianos, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que […] la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios» […] Esta buena noticia, que es Jesús mismo, no es buena porque esté exenta de sufrimiento, sino porque contempla el sufrimiento en una perspectiva más amplia, como parte integrante de su amor por el Padre y por la humanidad. En Cristo, Dios se ha hecho solidario con cualquier situación humana, revelándonos que no estamos solos, porque tenemos un Padre que nunca olvida a sus hijos. «No temas, que yo estoy contigo» (Is 43,5): [,,,] Bajo esta luz, cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo se convierte también en el escenario para una posible buena noticia, desde el momento en que el amor logra encontrar siempre el camino de la proximidad y suscita corazones capaces de conmoverse, rostros capaces de no desmoronarse, manos listas para construir.
La buena noticia: […] La realidad, en sí misma, no tiene un significado unívoco. Todo depende de la mirada con la cual es percibida, del «cristal» con el que decidimos mirarla: […] Para los cristianos, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que […] la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios» […] Esta buena noticia, que es Jesús mismo, no es buena porque esté exenta de sufrimiento, sino porque contempla el sufrimiento en una perspectiva más amplia, como parte integrante de su amor por el Padre y por la humanidad. En Cristo, Dios se ha hecho solidario con cualquier situación humana, revelándonos que no estamos solos, porque tenemos un Padre que nunca olvida a sus hijos. «No temas, que yo estoy contigo» (Is 43,5): [,,,] Bajo esta luz, cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo se convierte también en el escenario para una posible buena noticia, desde el momento en que el amor logra encontrar siempre el camino de la proximidad y suscita corazones capaces de conmoverse, rostros capaces de no desmoronarse, manos listas para construir.
La confianza en la semilla del
Reino: Para iniciar a sus discípulos y a la multitud en esta mentalidad
evangélica, y entregarles «las gafas» adecuadas con las que acercarse a la
lógica del amor que muere y resucita, Jesús recurría a las parábolas, en las
que el Reino de Dios se compara, a menudo, con la semilla que desata su fuerza
vital justo cuando muere en la tierra (cf. Mc 4,1-34). Recurrir a imágenes y metáforas para
comunicar la humilde potencia del Reino, no es una manera de restarle
importancia y urgencia, sino una forma misericordiosa para dejar a quien
escucha el «espacio» de libertad para acogerla y referirla incluso a sí mismo. […]
El Reino de Dios está ya entre nosotros, como una semilla oculta a una mirada
superficial y cuyo crecimiento tiene lugar en el silencio. Quien tiene los ojos
límpidos por la gracia del Espíritu Santo lo ve brotar y no deja que la cizaña,
que siempre está presente, le robe la alegría del Reino.
Los
horizontes del Espíritu […] Por medio
de «la fuerza del Espíritu Santo» podemos ser «testigos» y comunicadores de una
humanidad nueva, redimida, «hasta los confines de la tierra» La
confianza en la semilla del Reino de Dios y en la lógica de la Pascua configura
también nuestra manera de comunicar. Esa confianza nos hace capaces de trabajar
―en las múltiples formas en que se lleva a cabo hoy la comunicación― con la
convicción de que es posible descubrir e iluminar la buena noticia presente en
la realidad de cada historia y en el rostro de cada persona. […] las personas
que se dejan conducir por la Buena Nueva en medio del drama de la historia, y
son como faros en la oscuridad de este mundo, que iluminan el camino y abren
nuevos senderos de confianza y esperanza.
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